A principios del pasado verano, un niño de 9 años, Alfonso, acudió a la consulta de Ortopedia Infanil del Hospital de Cruces, debido a una enfermedad que sufría en las articulaciones que le imposibilitaba andar, por lo que debía desplazarse en silla de ruedas. Tampoco podía jugar como el resto de sus compañeros de ikastola. Fue intervenido quirúrgicamente en dicho centro por la doctora Miren Cobos Pradas y su equipo de Ortopedia Infantil. El pasado octubre, Alfonso acudió a la consulta andando, lleno de alegría y llevaba con él un emotivo cuaderno con dibujos y dedicatorias, confeccionado por todos sus compañeros de clase, que estaba dedicado a la doctora Cobos. En esos dibujos, los compañeros de Alfonso interpretan a su manera como ven ellos su paso por el hospital, quirófano, curas..., plasmando lo que más me ha impresionado y que es el motivo de mi carta: el compañerismo, la satisfacción de los chavales al ver que su amigo Alfonso vuelve a correr, a jugar con ellos, con lo que demostraban unos valores que no suponíamos en unos niños de 8 y 9 años. El remate lo pusieron todos sus compañeros en ese cuaderno de agradecimiento a la doctora Miren Cobos Pradas y su equipo por conseguir la curación de su amigo Alfonso. Todo esto me impresionó en lo más profundo de mi corazón hasta hacerme emocionar. Con el pisoteo de los valores que vamos perdiendo, compensa esta frescura protagonizada por un grupo de niños y niñas de una ikastola guipuzcoana que merece matrícula de honor. Hago extensivo este reconocimiento a sus profesores, que seguramente fueron partícipes de la iniciativa. De un portugalujo, con orgullo, a la portugaluja Miren Cobos Pradas y su equipo. Milla esker.
ALFREDO PALACIO PORTUGALETE (Deia 29/12/2014)
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