Aunque ha transcurrido muy poco tiempo desde el fallecimiento de nuestro hijo Eduardo, desde estas líneas queremos agradecer a estos centros el trato recibido, no sólo en cuanto a las prestaciones sanitarias, sino también por el trato personal y humano que nos hicieron llegar a toda su familia y, en espacial, a sus padres y hermano. Aunque nos resulta imposible transmitirles el sentimiento que ahora mismo tenemos, dolor, tristeza, angustia, vacío, tenemos la satisfacción de haber hecho todo lo que estaba en nuestras manos y que la medicina nos podía proporcionar, facilitándonos en todo momento alternativas para su mejor restablecimiento. Gracias a todos los profesionales que conocieron a nuestro querido hijo Eduardo.
FAMILIA LAMAS RUCANDIO (El Correo 15/01/15)
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