Me temo que lo que queda por venir en el tema del ébola va a ser malo, muy malo, lo peor.
Y lo va a ser porque intuyo, ojala me equivoque, que va a ser la hora de las miserias humanas.
Me temo que va a ser la hora en que todo el mundo va a querer huir de cualquier responsabilidad, la hora de justificar lo que uno ha hecho o dejado de hacer y la hora en la que lo único que va a funcionar es el clásico “yo no he sido, ha sido este” señalando culpables a diestro y siniestro.
Porque lo importante va a ser eso: Buscar culpables, encontrarlos y fusilarlos al amanecer
Y lo más triste, sin un proceso serio de aprendizaje que partiendo de los errores cometidos, puedan solventar con eficacia, próximas ocasiones si se produjeran.
Me imagino que los que propugnan y defienden los temas de estudio y mejora bajo la filosofía de la seguridad del paciente estarán bramando y echando pestes por las esquinas. Y no es, y no será, para menos.
Pero la carne es débil y las primeras situaciones ya se han puesto de manifiesto.
La paciente, concede una entrevista (la primera de muchas, me temo) donde deja claro que no dijo lo que dicen que dijo y deja como mentirosos a su médica de AP y a los médicos del Carlos III
Es curioso que la situación inversa, cuando el Consejero de Sanidad de Madrid hizo lo mismo con ella, provocara una reacción de solidaridad en cadena y parece que ahora se va a repetir la situación pero en sentido contrario.
Los médicos del Carlos III contratacan diciendo que sus declaraciones están grabadas y que dijo lo que dijo. Sindicatos y el Colegio de Madrid salen a defender a la médica de AP. El escenario de confrontación ya está montado.
En pocas horas, y como esto no se encauce de forma adecuada, me temo que vamos asistir a un espectáculo deprimente con un guión trufado de “tu mientes” y “tu más” .
Mientras, seguiremos sin conocer los agujeros del “queso” que atravesó el virus para contagiar a la auxiliar de clínica y seguiremos sin aprender de los errores porque volveremos a pensar con las vísceras extracerebrales (corazón y entrañas) y se nos nublará la razón.
Los medios de comunicación se frotan las manos y afilan los cuchillos. Y algún pirómano suelto con ganas de recuperar unos minutos de gloria no desaprovecha la ocasión
Porque THE SHOWN MUST GO ON
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