Tengo cincuenta años y por no haber hecho caso a mis médicos en múltiples ocasiones, he acabado ingresado en la primera planta del pabellón Allende de Basurto durante dos meses. He sufrido cuatro amputaciónes en una pierna, la última por debajo de la rodilla. Me urge agradecer de todo corazón a todo el personal el trato recibido. Al equipo de cirugía cardiovascular de la doctora Reyes Manrique; al equipo de quirófanos; al personal de la U.R.P.A. por la dulzura y el trabajo bien hecho cuando sales del quirofano. Y, sobre todo, al superequipo de enfermería y de auxiliares de enfermería y limpieza y a mis ‘niñas’ de prácticas Ane, Karla y Patri, así como al servicio de hospital domiciliario. Y, por supuesto, a mi mujer, Mar, por estar todos los días al pie de mi cama. Me habéis ayudado en los peores momentos de mi vida y estaréis siempre en mi corazón. Ahora estoy en el hospital de Gorliz, empezando la rehabilitación y mi ilusión es poder volver a abrazaros en pocos meses. Os quiero mucho.
JON DE MIGUEL PIÑEIRO
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