La esposa e hija de Emilio Zurdo queremos agradecer al personal del hospital de Cruces el trato dispensado a mi aita durante sus últimos momentos de vida, pero muy especialmente, al doctor Eneko Madrigal, de hospitalización domiciliaria, que en todo momento nos apoyó y ayudó más allá de sus obligaciones, ¡gracias doctor! Por favor no recortemos en gente tan maravillosa.
El Correo (20 diciembre 2014)
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