(Imágenes que acompañan a la definición de Longitudinalidad en la Wikipedia)
Ay Sergio, Sergio la que me has liado.
Estaba yo tan tranquilo en alguna de mis variadas ocupaciones (todas ellas con "perspectiva de continuidad indefinida") cuando un buen amigo y compañero de algunas de esas "ocupaciones con perspectiva de continuidad indefinida", me pide que me apunte y participe en el seminario virtual del SIAP que se va a celebrar en nuestra casa, allá por febrero de 2016.
Me leo las normas de cortesía del debate y como soy clásico en el carácter y conservador en las formas (vamos, un carca a la antigua) intento respetarlas sobre todo la que dice "en tu primera intervención no dejes de presentarte, aunque no sea más que unas líneas" y, con una candidez impropia de mi experiencia, me lanzo al ruedo y escribo "Mi nombre es Rafael Olalde y soy un médico de familia bilbaíno en plena fase de amortización. Soy un veterano de muchas guerras y tengo la suerte de llevar más de 37 años sentado en la misma mesa de la misma consulta (pura metáfora: he cambiado de mesa y de consulta pero no de población asignada a la que atiendo). En alguna ocasión he tratado a 4 generaciones al mismo tiempo.”
Sergio Minué, con su especial sensibilidad para los temas que afectan a la Atención Primaria, es capaz de olfatear en estas líneas una peculiaridad como es "la longitudinalidad en la atención" que siempre ha sido citada como consustancial a la A.P.
Y con una maestría, que envidio hasta más no poder (envidia sana), o no poder más (envidia cochina), se marca tres post, que en mi humilde opinión, deberían formar parte de algún cuerpo de texto refundido sobre la A.P.
Primero plantea el hecho y las dificultades que entraña esta situación (El compromiso de la Longitudinalidad), luego recoge diversas aportaciones al debate, poniendo sobre el tapete las posibles contradicciones de posturas contrapuestas (Las contradicciones de la longitudinalidad) y por ultimo pone en valor un tema tan etéreo (¿Qué valor tiene un médico longitudinal?)
Como siempre que se plantean temas de opinión aparecen posturas encontradas. Ya lo dice la sabiduría popular: "hubo división de opiniones. La mitad de los tendidos se cagaron en su padre y la otra mitad en su madre"
Hemos leído posturas y razonamientos sensatos, medidos y templados, destacando lo positivo de cada opción, argumentando los pros y los contras que para unos y otros aporta, o resta, cada elección personal.
Hemos leído posturas y razonamientos sensatos, medidos y templados, destacando lo positivo de cada opción, argumentando los pros y los contras que para unos y otros aporta, o resta, cada elección personal.
Y a buen seguro, como siempre que hay posturas tan diferentes, en ninguna de ellas radica la verdad absoluta. Todas tienen cara y cruz, todas tienen aspectos positivos y peajes imposibles de soslayar. ¡Como la vida misma! que diría el poeta.
Y todo esto partiendo de una simple presentación.
Lo que tengo que reconocer es que, aceptando todas las opiniones y enfoques posibles, ha habido algunas que me ha costado entender. Nunca hubiera esperado que mi curriculum personal mereciera algunas consideraciones que, a fuerza de ser sincero, me han dejado un tanto perplejo.
Yo que estaba tan contento, me torno triste y cariacontecido al ver que, para algunos, en realidad mis 37 años de longitudinalidad son fruto de un puto acomodo. Vamos, que si estoy aquí es por vago redomado o por cobarde, al no ser capaz de asumir nuevos retos y aventuras.
Que resulta que soy un conservador, lo cual es cierto, ya que me gusta conservar lo que aprecio, pero me temo que no es ese el matiz con el que se ha querido acompañar esta mi "ocupación con perspectiva de continuidad indefinida" y menos, si se mezcla (se insinúa) con esa necesidad de reafirmar mi autoestima, fruto, no cabe duda, de inseguridades no resueltas a lo largo de la vida.
Que resulta que soy un conservador, lo cual es cierto, ya que me gusta conservar lo que aprecio, pero me temo que no es ese el matiz con el que se ha querido acompañar esta mi "ocupación con perspectiva de continuidad indefinida" y menos, si se mezcla (se insinúa) con esa necesidad de reafirmar mi autoestima, fruto, no cabe duda, de inseguridades no resueltas a lo largo de la vida.
Nunca me hubiera plateado que en realidad esta situación fuera fruto de una necesidad personal egoísta e impresentable y sobre todo que, ¡como no me habré dado cuenta antes!, lo que en realidad me pasa es que soy un paternalista en la concepción más peyorativa del término (Tendencia a aplicar las formas de autoridad y protección propias del padre en la familia tradicional a relaciones sociales de otro tipo; políticas, laborales)
Uno intenta ser consecuente en esto de las devociones a mis "ocupaciónes con perspectiva de continuidad indefinida" y procura aplicarlo, también, a otras facetas de la vida. Y si llevo 37 años en la misma consulta, resulta que llevo 40 con la misma persona compartiendo lo que toca compartir en cada momento de la vida (unas veces risas y otras llantos). Está claro lo de que soy conservador. Con esas cifras como para no serlo.
Pero ante este nuevo enfoque acerca de las razones y los verdaderos valores que subyacen en mi subconsciente para que las cosas duren (y duren y duren como las pilas Duracell) he decidido sentarme con mi pareja y confesar mi ignominia
Pero ante este nuevo enfoque acerca de las razones y los verdaderos valores que subyacen en mi subconsciente para que las cosas duren (y duren y duren como las pilas Duracell) he decidido sentarme con mi pareja y confesar mi ignominia
- Cari. Me temo que el hecho de que lo nuestro haya durado tanto tiempo no es porque nos queremos ni nada de esas cosas, cursilitas pero monas. Es por puro acomodo y una clara consecuencia de que soy un paternalista de cortar.
+ Pues claro, me ha contestado. ¿Lo dudabas? Esto funciona porque tú eres un paternalista y yo una maternalista, la mater más lista. ¿qué harías tú sin mi?
Y nos hemos partido la caja durante un buen rato
Tomando el largo camino a casa
Llevame de regreso al medio de la nada
De regreso al lugar que sólo tú y yo compartimos
Recuerda todas las memorias, las luciernagas y fantasia
Pateando los jardines de la vieja escuela
Cantando canciones con nuestra guitarra
Esta es nuestra realidad
Loca, estúpida, tú y yo
2 comentarios:
Hola Rafa. No sé si es mi comentario a la entrada del blog la que te ha molestado. Si es así, me he debido explicar muy muy mal porque además de no tener la intención de molestarte (eso va de suá, o como se diga) no cuestiono en absoluto que tu "longitudinalidad" sea un privilegio para tus pacientes. No pienso PARA NADA en acomodamientos, ni nada de eso. Pretendí alimentar el debate y mirar a las cosas desde otro punto de vista. Como sabes trabajo como equipo de soporte en Cuidados Paliativos. Y es dramáticamente diferente acompañar a un paciente y su familia cuando el médico es "el de toda la vida" que cuando no saben ni quién es. Así, si el paciente es "de tarde" las probabilidades de lo segundo son altísimas. Pero de todas formas sí que creo que tampoco sería bueno absolutizar la longitudinalidad (ni nada, creo). También ha habido casos de personas que nos han contado cosas que no lo habían hecho a su médico porque era "el de siempre"... En fin. No me enrollo. Sobretodo quería explicarte esto y, fundamentalmente, pedirte disculpas si fue mi comentario el que te hirió. Y si la explicación no te sirve, quédate con las disculpas. Un abrazo.
Gracias Alberto. Comunicaré a la "martermaslista" tu comentario :)
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