Es una obviedad que la forma de plantear un examen favorece o perjudica a unos u otros. Y cuando se trata de una OPE la cosa es más seria ya que las consecuencias, a la hora de obtener una plaza fija, supone un antes y un después.
Como bien plantean en un sindicato
MODELO DE EXAMEN. Hay tres opciones generales:
1. Realizar un test habiendo dado una batería de preguntas. Este modelo es sencillo de superar porque la gente memoriza las respuestas. Beneficia a las personas con mayor antigüedad, quienes no tienen esa antigüedad no tienen apenas opciones de lograr una plaza.
2. Realizar las preguntas con un temario abierto. Este modelo beneficia a quienes menor antigüedad tienen y quienes tienen más antigüedad no tienen tantas facilidades, para estos últimos es un modelo muy arriesgado.
3. Que parte del temario se realice con una batería de preguntas sin puntuación negativa y otra parte con temario abierto. Esta opción intermedia facilita aprobar, pero quienes realizan un esfuerzo real por estudiar consiguen una nota mejor. Dependiendo del peso que se de a cada parte se beneficia más unos intereses u otros.
Efectivamente. Tienen toda la razón. ¿Pero cual es la mejor opción?
Ellos han decidido que la que diga el pueblo. El problema lo van a tener si el pueblo está dividido en tres grupos y no es claramente dominante ninguna opción. Si deciden apoyar o propiciar una de las opciones, marginaran al resto y ellos solitos se habrán metido en un jardín lleno de espinas y lo que se suponía un ejemplo de democracia participativa se puede convertir en un follón interno difícil de controlar.
Imaginaros resultados de 40%, 40%, 20% o 33%,33%,33%. Cualquier opción que elijas deja fuera a más militantes que a los incluidos. Vaya marrón
Imaginaros resultados de 40%, 40%, 20% o 33%,33%,33%. Cualquier opción que elijas deja fuera a más militantes que a los incluidos. Vaya marrón
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