Durante la última semana he recibido en mi correo del trabajo, de una forma oficial y desde el departamento de Comunicación de Osakidetza, la información relativa a dos actividades formativas. Ambas son organizadas por Osakidetza y en ambas se cuentan como colaboradores a empresas externas de la industria farmacéutica (y alimentaria).
El tema no es nuevo, mas bien sempiterno, y por ello mismo uno se plantea y replantea el tema una y otra vez. En esta ocasión he tenido dudas sobre el tono del post. Me debatía entre la coña irónica o el debate sesudo apelando a la ética y demás zarandajas.
Ambos enfoque ya los he practicado y desarrollado en más de una ocasión. Recuerdo con especial cariño el post que titulé "Médico de Familia busca sponsor" que me sigue provocando una sonrisa al releerlo. O la serie más reflexiva como "Ética (y estética) de las actividades formativas e informativas" "La eficacia y la eficiencia de un documento sobre la Ética (y estética) de las actividades formativas e informativas 1/3" "El coste de la visita médica 2/3" "Conflictos de intereses 3/3"
Pecando de falsa modestia, su re-lectura me ha constatado su vigencia por lo que que os aconsejo una pequeña excursión por sus contenidos (y sus comentarios). Así que no voy a insistir por esas líneas ya trilladas. Lo que hoy me gustaría es pedir coherencia. Me gustaría que desde la misma Organización, desde Osakidetza, se definiera, de una vez por todas, cual es el criterio a seguir a la hora de aceptar, o no, sponsorización de la industria farmacéutica (y la industria alimentaria, que hay que fijarse que está Danone entre los colaboradores de uno de los cursos) para temas de formación. Si la respuesta es afirmativa (que a día de hoy es evidente que es la imperante) se explicite las condiciones en que esta se realiza, cómo se gestionan los posibles conflictos de interés, las contrapartidas que se ofrecen etc etc
Y luego, que esta política sea la misma para todos, a todos los niveles de la organización, para todas las personas, sin entrar en mensajes contradictorios dependiendo de si uno pertenece a una asociación o a otra, a un comité o a otro. Y a la par, si uno critica, debe tener el mismo baremo para criticar a unos y a otros y no pegar solo al monigote de trapo que no contesta y callar (como muertos) ante situaciones similares en otro ámbito.
Y a la hora de alabar, lo mismo. Por eso mi reconocimiento público a Osatzen por el esfuerzo que realizan al intentar hacer las cosas de otra manera. Pero sin la ayuda de los que queremos que sigan en esa línea no es posible. Yo ya adelanto mi posición. Me pienso inscribir (y abonar la cuota de inscripción) a todas las iniciativas de Osatzen que se hagan de "otra manera" aunque me sea imposible acudir. Vamos, que me reservo un asiento en la fila cero por lo menos como impuesto voluntario para contribuir a una formación exenta de influencias.
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