miércoles, 25 de febrero de 2009

Cariño: yo también te quiero

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Me encantan estos ejempos de las cabezas visibles, que no pensantes, de las profesiones sanitarias de médicos y enfermeros.

Resulta que va el lumbreras de Isacio Siguero, Presidente de la OMC, y no se le ocurre otra lindeza que comparar las actividades de los médicos y los enfermeros con los pilotos y las azafatas. Como sois unos espabilados, habéis comprendido rápidamente que el papel de azafatas se lo ha adjudicado a las/los enfermeros. Y claro, estos se han mosqueado y con razón.

Pero cuando el otro lumbreras, Máximo González Jurado, Presidente de los enfermeros, pretende argumentar, va, le pierde la pasión y se pone a su altura y le llama inane, acomplejado, anacrónico, necio, antiguo ... Vamos , que seguimos todos haciendo amigos. Pero este tema no pasaría de un rifirafe entre personajes de escaso nivel si no fuera por el principal argumento ofensivo que utiliza el Máximo y que es otro que el manido tema de ser licenciado o doctor.

Pretender insultar a un médico porque es licenciado en medicina me ha tocado las pelotas. Yo también soy licenciado en medicina y no me gusta que algún listillo utilice este argumento porque no haya realizado un doctorado y se me llame doctor en el ámbito del hablar popular

Me resulta cansino, pueril y argumento para cuando fallan los argumentos. Se podría citar, para justificarlo, a la RAE que dice:

doctor,

(Del lat. doctor, -ōris).

1. m. y f. Persona que ha recibido el último y preeminente grado académico que confiere una universidad u otro establecimiento autorizado para ello.


2. m. y f. Persona que enseña una ciencia o arte.


3. m. y f. Título que da la Iglesia con particularidad a algunos santos que con mayor profundidad de doctrina defendieron la religión o enseñaron lo perteneciente a ella.


4. m. y f. coloq. Médico, aunque no tenga el grado académico de doctor.


pero no es el caso.

Con todos los respetos para el ámbito académico y para los doctores, sensu estricto, que su trabajo les ha costado, no creo que la diferencia entre tener un doctorado o no tenerlo cree diferencias como clínicos o como cabezas pensantes de una organización. Para nada de nada (nothing de nothing para los que hablamos spanglish)

De todas formas y para evitar que algún doctor, en mirarse el ómbligo, me lo pueda echar en cara, a partir de hoy reivindico mi grado de licenciado y a mucha honra.

Por si alguno quiere leer el panfleto completo:



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