jueves, 25 de enero de 2018

Zasca, en toda la boca


Recientemente ha tenido lugar este intercambio de pareceres, a través de artículos de opinión en el diario NAIZ, entre unos delegados de ESK en Osakidetza y el Consejero de Salud, Jon Darpón.

Creo que es muy conveniente su lectura para entender los enfoques que se priorizan en el tema sindical. Al tiempo que, sin habérmelo pedido nadie y haciendo de la osadía una actitud, me voy a permitir dar un consejo a los delegados sindicales liberados: O subís el nivel o los zascas que os va a dar el Consejero van a ser épicos.


LAS MEDIDAS PARA REDUCIR LAS LISTAS DE ESPERA SON INEFICACES

Las medidas anunciadas, en sede parlamentaria, por el consejero Sr. Darpon para reducir las listas de espera quirúrgica en Osakidetza son viejas antes de estrenarlas. No hay mucha innovación. Son recetas casi tan antiguas como la propia Osakidetza, y a día de hoy no han demostrado su eficacia. 



Unas medidas que vienen precedidas de ciertas dosis de autobombo del Sr. consejero. A Osakidetza le gusta recordar cómo su gasto sanitario por habitante es el más alto de las 17 comunidades autónomas, ocultando que, en relación a la Unión Europea, el gasto sanitario del Estado español es el tercero más escaso, y que el de la CAPV sería el cuarto. Así, el gasto sanitario medio por habitante, en el conjunto de la Unión Europea (UE) supera en 59€ al nuestro.


El PIB per cápita en Euskadi es de 31.805 euros. Para ESK, compararnos con comunidades autónomas a las que doblamos en este concepto es un método de análisis tramposo. Si nos comparamos con Francia, donde el PIB per cápita es más parecido al nuestro, 33.300 euros, nos damos cuenta de que mientras nuestra inversión en salud por habitante es de 1619 euros, Francia invierte 2886 euros. Los planes de mejora hay que hacerlos siempre mirando hacia delante, no hacia atrás.

Ante la situación de las listas de espera en Osakidetza, el consejero vuelve a plantear como medida estrella la autoconcertación o el pago de horas extras. Una medida que se implantó en 1992 y que lejos de acabar con las listas de espera las ha cronificado permitiendo sobresueldos para algunos colectivos, fundamentalmente facultativos. Una medida vieja, insolidaria e ineficaz. 

¿Se puede, Sr. consejero, estar satisfecho con una, medida que a 25 años de su implantación ha demostrado sobradamente que no funciona? ¿Se puede estar satisfecho con una gestión de las listas de espera manipulada a capricho? No se puede estar satisfecho cuando en Cruces la espera para una consulta de traumatología es superior a un año y en Basurto al menos de 9 meses. Ni cuando la espera para una Resonancia Magnética es de 4 meses. Tampoco se puede estar satisfecho de una autoconcertación que fomenta el destajismo, aumentando el riesgo de errores y mermando drásticamente la calidad en la atención. 

La otra medida aportada es la concertación o derivación a centros privados, si bien esta partida no ha aumentado en los últimos años, es una partida muy considerable que se detrae del presupuesto público (350 millones de euros) y que recae en un grupo de centros, algunos de los cuales su mayor porcentaje de actividad proviene de Osakidetza. 

Nos causa preocupación que el consejero deje la puerta abierta a la concertación con la sanidad privada en momentos de supuestos picos de demanda asistencial. Unos picos de demanda asistencial muy frecuentes en situaciones estacionales y, por tanto, de fácil planificación; y que determinadas especialidades podrían usar para una mayor derivación en un futuro.

Durante su comparecencia todo son bondades. No hay ninguna autocrítica a la situación real de Osakidetza. Usted está instalado en una realidad virtual que nada tiene que ver con lo que a diario sufrimos el personal en Osakidetza: falta de personal en los servicios, recortes en la contratación para cubrir bajas por enfermedad, vacaciones o ausencias del personal, cierre de camas, saturaciones en las urgencias hospitalarias, sobrecarga de trabajo. Una situación que genera estrés y angustia por la posibilidad del aumento de errores en los trabajadores y trabajadoras y, por supuesto, un deterioro de la calidad del servicio que usted dirige.

Con esta predisposición a la autoadulación es difícil que se plantee soluciones a los problemas que tiene Osakidetza, desde ESK le sugerimos algunos:

-Explorar nuevas vías, más eficaces y eficientes, para reducir las listas de espera. Una de ellas, propuesta por la parte sindical hace mucho tiempo, es planificar, conjuntamente con el Departamento de Educación, el aumento de Plazas Formativas para Personal Facultativo, que sirva para cubrir las necesidades actuales y futuras.

-Establecer en los hospitales jornadas de trabajo para el personal facultativo con turnos como el resto de personal, que permitan eliminar las guardias médicas y optimizar el rendimiento de las infraestructuras.

-Programación quirúrgica de los quirófanos en turnos normalizados de mañana y de tarde, optimizando recursos e impidiendo la autoconcertación y las horas extras.

-Una mayor inversión, especialmente, en el sector de Atención Primaria, en Salud Pública y en hospitales y camas de subagudos, para dar una atención de calidad y poder responder a las necesidades crecientes en salud de la población, cada día más agravadas por la crisis económica.

-Creación de empleo y una contratación suficiente y de calidad que nos permita mejorar la Asistencia Sanitaria que prestamos a la Ciudadanía Vasca.

Denunciamos unas medidas obsoletas, que no van a resolver el problema de las listas de espera. Mucho nos tememos que supondrán un sobresueldo para algunos colectivos y mejorará los beneficios de empresas a las que solo les mueve el lucro y la obtención de beneficios. En definitiva, unas medidas viejas, insolidarias e ineficaces, que provienen de un Consejero con un amplio currículo en liderar una de las mayores Empresas Privadas de Sanidad Privada.



ZAPATERO A TUS ZAPATOS


Recientemente las páginas de este diario publicaron un artículo de opinión titulado “Las medidas para reducir las listas de espera son ineficaces”, firmado por Imanol Rodriguez y José Ignacio Martínez, liberados sindicales de ESK. Vaya por delante que, como responsable político y como profesional que ha dedicado más de 28 años de su vida laboral al sistema sanitario público vasco, respeto las críticas y las opiniones. Especialmente, si aportan alguna solución a los problemas del mismo, aunque desde luego, éste no ha sido el caso. Aun así, debatir siempre es positivo, además de democrático.



El esfuerzo y el compromiso del Gobierno Vasco con el sistema sanitario público de Euskadi son fáciles de entender, o deberían serlo, incluso para un sindicato como ESK. No es casualidad que seamos la Comunidad Autónoma con mayor gasto público en salud, 1.673 euros por persona en 2018, muy cerca de la media en gasto público de la Unión Europea.


Tampoco es casualidad que Osakidetza sea el único sistema sanitario público del Estado que ha recuperado la jornada laboral de 35 horas y la paga extraordinaria de diciembre de 2012. Además ha sido capaz de incrementar su plantilla estructural el año pasado en 700 plazas y año tras año, ha continuado realizando inversiones para renovar sus infraestructuras. Así, desde 2013, se han puesto en marcha nuevos centros de Salud en Vitoria-Gasteiz (Salburua y Zabalgana), Kanpezu, Amurrio, Portugalete (Buenavista), Mungia, Bilbao (Miribilla y El Carmelo), Zornotza, Getaria, Zestoa y diversos consultorios. Se ha abierto el nuevo Hospital de Urduliz, los nuevos edificios de Consultas Externas de Vitoria-Gasteiz y de Zumarraga, el Hospital de Gernika, se está remodelando de manera profunda el Hospital Universitario Araba y el próximo año entrará en funcionamiento el Hospital de crónicos de Eibar. Se han instalado nuevos TAC y resonancias magnéticas en Zumarraga, Galdakao, Donostia, Basurto, Cruces, Arrasate, Vitoria-Gasteiz, etc. Se han robotizado los laboratorios de los hospitales de Araba, Cruces, Basurto, Galdakao y Donostia; angiógrafos y aceleradores lineales en Cruces y Basurto; un nuevo bloque quirúrgico en Basurto y se abrirá en próximas fechas el del Hospital de Urduliz.

A pesar de esta realidad parece que lo que verdaderamente preocupa al sindicato ESK, no es si se crean nuevas, más modernas y accesibles infraestructuras en Osakidetza, o si crece el empleo público en el sector sanitario, o si disminuyen las listas de espera; su verdadera preocupación se centra en cómo se prestan determinados servicios complementarios no asistenciales en Osakidetza. Le preocupa si se llevan a cabo con funcionarios o no, despreciando la labor de los trabajadores que realizan estas labores desde las empresas y poniendo así en riesgo sus puestos de trabajo.

Osakidetza ha presentado en noviembre un plan amplio y novedoso para reducir sus tiempos de espera, pero ESK, lejos de valorar el plan en su conjunto, se ha centrado en la autoconcertación y en la derivación de pacientes a centros sanitarios externos, pese a que conoce perfectamente que desde 2012 ambos capítulos han disminuido. Su verdadero interés no son los tiempos de espera, sino falsear la realidad difundiendo el mensaje de que se está privatizando la sanidad.

Según los datos más recientemente publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Euskadi es la comunidad autónoma dónde los tiempos de espera para que los ciudadanos y ciudadanas sean intervenidos quirúrgicamente son los más reducidos del Estado. Como ya dijimos en sede parlamentaria cuando presentamos el nuevo Plan de Acción, las listas de espera con demora cero no existen en ningún sistema público de salud, ni son por tanto nuestro objetivo, pero vamos a seguir trabajando para mejorar, con la mirada puesta en satisfacer las expectativas de vascas y vascos. No nos conformamos con estar mejor que el resto del Estado.

El plan que hemos presentado propone medidas concretas como el trabajo en red corporativamente para determinados procesos de baja complejidad, la centralización de procesos de alta complejidad, mejoras en la adecuación de la práctica clínica, nuevos criterios de priorización de procesos quirúrgicos, la optimización de la programación quirúrgica con el objetivo de incrementar la actividad, etc. También, se ha previsto una dotación extraordinaria de recursos de casi 40 millones de euros para contratación de personal y mejoras de las infraestructuras.

Con respecto a las Consultas Externas, se han propuesto acciones encaminadas a promover un funcionamiento más integrado de los profesionales sanitarios, a reducir la variabilidad en las derivaciones, a mejorar la gestión de las consultas externas y a incrementar la capacidad de la resolución de la Atención Primaria a través del acceso a pruebas diagnósticas.

Resulta asombroso leer como el sindicato ESK, para reducir las listas de espera, propone medidas extemporáneas como: formar más médicos, obviando que para formar un facultativo se precisan 10 años; establecer jornadas de trabajo a turnos para los médicos, cuando en la medida que la organización de la actividad lo permite y hay profesionales disponibles, ya se hace. Sorprende todavía más que mezclen conceptos como la salud pública, la atención primaria y las camas de subagudos, que en absoluto tienen relación con las listas de espera quirúrgicas. Y para rematar las sugerencias, añaden la siempre socorrida idea de creación de empleo y contratación suficiente. Obviando, que están hablando de un Plan para disminuir las listas de espera, y que a día de hoy, en la mayor parte de las especialidades médicas no hay paro.

Recordaré que en los últimos años, la plantilla estructural de Osakidetza ha crecido en 2016 en 700 nuevos puestos, está finalizando una Oferta Pública de Empleo de 1.114 plazas convocada en 2015, se ha convocado otra OPE para 2018 con 3.335 plazas, se acaba de aprobar una concurso de traslados de 3.004 plazas, etc. Muchas de estas acciones, por cierto, con acuerdo con SATSE, SME y UGT, pero obviamente ESK ni ha estado, ni se le espera. En los 34 años de historia de Osakidetza, ESK apenas ha firmado acuerdos. Negociar y firmar acuerdos con la administración para mejorar la organización y las condiciones laborales de los trabajadores no ha constituido uno de sus objetivos. Sus prioridades están en la confrontación laboral, con el gobierno correspondiente de cada legislatura.

En definitiva, las sugerencias propuestas por los liberados sindicales de ESK están más dirigidas a la promoción pública de su sindicato que a mejorar el sistema sanitario público vasco. Por todo ello, y desde el respeto que merecen todas las personas, no me queda más que recordar aquel refrán que dice «zapatero a tus zapatos» y, desde la responsabilidad que vascos y vascas han otorgado al Gobierno vasco seguir trabajando, planificando y desplegando planes y acciones para mejorar Osakidetza. Gure Osasun Sistema publikoa..

Respuesta a la respuesta. Esto empieza a paracerse a un culebron y acabaremos pidiendo eso de "que se besen"

LA ZAPATERA PRODIGIOSA

El pasado 5 de diciembre, se publicó en esta sección la opinión de dos sindicalistas de ESK, en torno a unas medidas que considerábamos viejas e ineficaces para atajar las listas de espera en Osakidetza, provocando la respuesta de su máximo responsable el señor consejero de Sanidad, Jon Darpon Sierra con el título "Zapatero a tus zapatos".

El consejero de Sanidad, nos presenta, quizás con un tinte peyorativo, a los autores como «liberados del sindicato ESK» que solo buscamos la promoción del sindicato cuando él sabe perfectamente que no es verdad. Nosotros somos delegados sindicales que dedicamos una parte de la jornada a tareas sindicales y otra a las tareas propias del colectivo al que pertenecemos.

Entendemos que la voluntad del consejero de Sanidad es sancionar al sindicalismo reivindicativo, al cual no tolera y le resulta incomodo, cuando pone en cuestion su modelo de gestión neoliberal de la sanidad. Como trabajadores y como sindicalistas le tenemos que recordar, creíamos que no hacía falta, que desde la responsabilidad que nos han dado los trabajadores de Osakidetza en las elecciones sindicales (unos resultados importantes en los ámbitos en los que estamos, siendo la primera fuerza sindical en el Hospital de Cruces), que nuestro deber es precisamente realizar una denuncia constructiva de la gestión que realiza, cuando ésta supone un deterioro de la calidad de la sanidad.

Gasto sanitario 

Una verdadera autocrítica debería comparar nuestro gasto sanitario con el de aquellos que tienen un PIB per cápita similar al nuestro, la cercana Francia, por ejemplo. Mientras nuestra inversión en salud por habitante es de 1619€, Francia invierte 2886€, es decir invertimos un 42% menos. Su insistencia en compararse con aquellos que tienen un PIB per cápita inferior al nuestro es tramposo y no aporta nada.

Derechos laborales

Entra a compararnos con el Estado en la recuperación de los derechos robados con la excusa de la crisis económica y aquí tampoco dice toda la verdad. Si bien es verdad que tras largos años de recortes hemos recuperado la jornada de 35 horas semanales, no es menos cierto que ha sido debido a una lucha de años (con paros y huelgas incluidas) de los sindicatos y del personal de Osakidetza.

Además, quedan muchos recortes sin devolver como: la penalización por caer de baja por enfermedad, una pérdida del poder adquisitivo cercana al 20%, la contratación desde el primer día, la paralización de la carrera profesional…

Mientras en el estado varias comunidades ya están planteándose la recuperación del desarrollo profesional, aquí hemos tenido que acudir a los juzgados.

Se muestra orgulloso de que la plantilla estructural en Osakidetza ha aumentado el año pasado en 700 personas, pretendiendo hacer creer que son de nueva creación. Por nuestros datos (su departamento nos niega sistemáticamente esa información a pesar de pedírsela una y otra vez) actualmente, en Osakidetza trabajamos aproximadamente 35.000 personas, de las cuales 14.000 (cerca del 40%) tienen carácter eventual.

La plantilla estructural de Osakidetza es insuficiente y sobrecarga a los profesionales, que consiguen con dificultad responder a las necesidades asistenciales que se presentan a diario. Una realidad que ha empeorado con la escasez de contratación para cubrir las ausencias del personal debido a licencias, permisos, bajas de enfermedad, con el único objetivo del ahorro económico aunque éste deteriore la calidad del servicio. A este respecto podemos decir que en el caso de enfermería el ratio enfermero por cada 10.000 habitantes es de 7,04 presentando un déficits de 1.185 enfermeras para igual la media europea.

Inauguraciones y privatización

Poco a poco va desgranando todos los centros y unidades que ha inaugurado. Como en el antiguo NO-DO y con un gran despliegue de imagen los Teleberris, nos inundan diariamente con inauguraciones.

Nunca hemos restado ni restaremos importancia a la puesta en marcha de nuevos servicios, pero y, a modo de ejemplo en Urduliz, su gestión está siendo nefasta por varios motivos. Por un lado con su actitud antidemocrática incumpliendo acuerdos por los que se comprometía a no privatizar nuevos servicios y que ha lesionado muchos derechos de los trabajadores y trabajadoras, tanto de los propios como los de la contrata a los que su soberbia terminó dejando en la calle. Por otro con el despilfarro injustificado de más de 1 millón de euros del dinero público para las numerosas reformas que han sido necesarias para adaptarlo a las necesidades reales.

Afirma que a ESK, solo le importa, lo que usted define como servicios complementarios no asistenciales de la sanidad. Nada más lejos de la realidad. Nuestra actividad sindical se basa es la defensa de una sanidad pública, gratuita, integral y de calidad. Así como el planteamiento de un modelo de sanidad basado en la Prevención, Promoción y Educación. Nuestro objetivo es optimizar la calidad en todos ellos, desde todo lo relacionado con los actos sanitarios, hasta todo lo relacionado con los servicios de cocina, limpieza y lavandería. Y ahí, sí tenemos una diferencia, ya que estudios objetivos acreditan la importancia del personal de estos servicios en los procesos sanitarios, influyendo directamente en la calidad, mejora y eficacia de los tratamientos médicos, e incluso en la incidencia en la morbimortalidad.

Usted impone sus criterios privatizadores a la ciudadanía al no aportar estudios de impacto económico y de calidad que los justifiquen. Consideramos que esos estudios concluirían que la privatización, hoy en día, suponen un sobrecoste para las arcas públicos, un deterioro de la calidad del servicio y un aumento de la precariedad de sus trabajadores. Sólo en la limpieza se ahorrarían 100.000 euros anuales y en Nafarroa, hace tan solo unos meses decidieron devolver la cocina al ámbito público. ¿No le hace esto pensar un poco?

Podemos decir además que el último informe del año 2016 de la Federación de la Sanidad Pública coloca a Osakidetza en el 6 puesto de 17, de los que más gastan en la contratación con centros privados.

ESK, denuncia el gran negocio sanitario y el uso intensivo de las nuevas tecnologías y medicamentos (cuanto más costosos mejor), en dicho negocio se quiere medicalizar la vida de las personas para que hagan un elevado consumo sanitario. En esta estrategia están implicadas grandes corporaciones y fondos de inversión, con puertas giratorias en las que altos cargos intercambian sus puestos entre la administración sanitaria y las empresas, de la que usted es un claro ejemplo (muchos años de trabajo en uno de los mayores centros sanitarios privados).

Listas de espera

Coincidimos con usted en que es imposible reducir a cero el tiempo de espera pero no compartimos el modelo que usted plantea pata reducirlas. La autoconcertación o el pago de horas extras se implantó en 1992 y lejos de acabar con las listas de espera las ha cronificado permitiendo sobresueldos para algunos colectivos, fundamentalmente facultativos. Una medida vieja, insolidaria e ineficaz.

Usted dice estar satisfecho cuando en Cruces la espera para una consulta de Traumatología es superior a 1 año y para una intervención de Traumatología en Basurto a 9 meses, cuando para una resonancia magnética es de 4 meses, cuando en Galdakao la primera consulta en la Unidad del Dolor tiene una lista de espera de 1 año… ¿Satisfecho de una autoconcertación que fomenta el destajismo, aumentando el riesgo de errores y mermando drásticamente la calidad en la atención? ¿Se puede estar satisfecho con la gestión de unas listas de espera manipuladas a capricho?

Según el publicado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) año 2016, el 52% de las personas que demanda asistencia en los centros de atención primaria no son atendidas el mismo día y el 11% tardan más de una semana. Esto es consecuencia de la falta de persona en Atención Primaria y es incompatible con la filosofía y la lógica de un servicio, que debería atender la demanda de manera inmediata.

Con respecto a las listas de espera el País Vasco retrocede 2 puestos, aunque sigue en el grupo de cabeza de la clasificación. Es decir el porcentaje de personas que se les da cita en 24 horas con su médico solo es del 38,8 en Nafarroa es del 64,7 por cien, el porcentaje de personas que dicen que cuando piden cita en consulta del especialista se la dan en 15 días es del 17,9 y solo el 8,1 de la población, opina que mejoraron las lista de espera.

Por cierto, a pocos días de aprobarse estas medidas su departamento da una nueva inyección de dinero para impulsar la realización de horas extras en el hospital de San Eloy cuando las había parado en septiembre porque ya se habían cumplido los objetivos. 

Nosotros seguiremos a nuestros zapatos. A denunciar aquellos aspectos de su gestión que lesionen derechos del personal o deterioren la calidad que se ofrece a la ciudadanía.
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