Imposible recordar el nombre de tan siquiera la mitad de los profesionales que me han atendido en la habitación 314 de la tercera planta de Traumatología del Hospital de Cruces. No sé cómo agradecer la dedicación y amabilidad con la que me han tratado. Desgraciadamente, con 34 años ya estoy operada de una hernia discal, aunque afortunadamente, he tenido la suerte de caer en buenas manos. Tengo que ofrecer mi máximo agradecimiento a médicos, auxiliares, enfermeras/os, personal de limpieza, celadores ...hasta estudiantes MIR que me ayudaron a llevar mejor el día. He visto grandes profesionales trabajando aunque, no es menos cierto, abarcando mucho más de lo que deberían. Si se presume de la sanidad pública del País Vasco, que se demuestre. Deberían aumentar el personal y que las listas de espera sean por tiempos razonables y no vergonzosos. Gracias
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