lunes, 2 de noviembre de 2015

Tratado de supervivencia para ser cargo intermedio y no morir en el intento.



Cargo intermedio es el que está en medio.

Todo el mundo sabe que ser cargo intermedio es una putada (o no). Ni estás ni no estás (o sí). Ni subes ni bajas (o subes y bajas, sin parar). Ni eres de la élite ni del pueblo llano (eso es cierto, no hay opción B)

Y hagas lo que hagas te van a poner a parir. Si eres fiel cumplidor de la cadena de mando, tus compis te acusarán de vendido a la Dirección y si eres crítico con las ordenes, los jefes te pondrán la etiqueta de contestatario. El equilibrio se antoja imposible.

Y lo peor, digo yo, es que si estás en el peor sitio, por lo menos deberías cobrar como el que más, que para eso estás en el ojo del huracán. Pero de eso nada

Imaginaros una orden que viene de "muuuuuy arriba" y ante la que los llamados super-jefes de tu organización han dado sus bendiciones y parabienes. Os reúnen para explicaros las bondades de la decisión y para que os encarguéis de explicárselo a los curritos de a pie. En este despliegue se os va a exigir que lo hagáis con entusiasmo, que se os note el subidón en las venas, que aflore la persuasión dialéctica, que se sienta la presión constante y decidida en vuestros argumentos.

¿Qué hacer? Pues hay varias opciones

1.- Modelo compromiso/adhesión al régimen/militancia hasta las cachas: A ti, la propuesta te parece cojonuda. No hace falta que te arenguen para que despliegues todo tu entusiasmo. Eres uno más de la élite directiva, salvo en el sueldo y en la capacidad de decidir, aunque en realidad no eres muy consciente de este matiz.

Tu futuro en la empresa es prometedor. Solo nos queda por mirar un par de cositas, como lo de la militancia política o al menos clara simpatía por los colores de los que mandan. Por lo demás, el futuro es tuyo. Las élites tienen asumido el coste del desarraigo social con la clase trabajadora. Todo no se puede tener y puestos a elegir, lo tienes claro. Te gusta ser un cargo intermedio


Pero ¿qué pasa si en el fondo os parece una decisión errónea, injusta y desenfocada? Tras un leve y sutil intento de crítica en la reunión, la Dirección cierra filas, te lanza una serie de miradas aviesas que te atraviesan el alma y acaba argumentado el mantra mágico: "Esto está alineado con los objetivos de la organización y no ofrece ni dudas ni posibilidades de modificación"

Pues en este caso tienes estas opciones

2.- Modelo "La que has liado Pollito": Con cara sería y rictus hierático te diriges al jefe del negociado y le comunicas, de forma correcta pero inflexible, que la encomienda no es susceptible de llevarse a cabo y que tras una larga y profunda reflexión has valorado que pesa más en tu balanza personal el dormir tranquilo y seguir manteniendo algún contacto con el entorno social. Vamos que te largas y te vas a casa antes de que te echen.


3.- Modelo "grano en el culo". Mantienes tu crítica a lo establecido pero lejos de adocenar tu discurso, este se convierte en una reflexión en voz alta sobre los pros y los contras de la medida en relación a los fines de la propia organización y los pacientes. Reivindicas tu derecho a tener un discurso propio.

Duras en el cargo entre 10 y 15 minutos. Te echan, o dicho sutilmente, la dirección ha perdido la confianza en tus posibilidades como mando intermedio ya que te nota que no estás alineado (aunque en realidad creen que no estás lo suficientemente alienado) con los objetivos de la organización.



4.- Modelo hemorroidal: Lo sufres en silencio y callas. Te auto convences de que es duro, pero que "es lo que hay", y procuras poner cara de póker cuando te toca trasmitir a tus colegas el marrón que se les avecina. En tu interior eres consciente del desgaste personal que asumes y que como te toquen varios marrones más de ese tipo vas a acabar más solo que la una y no te va a saludar ni el vecino de enfrente (de tus compañeros, ni hablamos).


5.- Modelo "la mascara del Zorro": No dices nada, callas en público y en privado, incluso esbozas una sonrisa cómplice, y luego intentas atemperar el discurso de forma que los de abajo entiendan que tú no eres el responsable, que estás en desacuerdo pero que "es lo que hay" y que no queda margen de maniobra salvo que los sindicatos decidan plantar medidas de fuerza.

Decididamente es el modelo más habitual y pragmático y el que mejor se corresponde con la mierda que te pagan. 



Lo modelos 2 y 3 son de auto-inmolación así que tienen poco recorrido. El 4 es muy habitual pero tiene tal coste personal que no haces para pomadas hemorroidales y se te acaba agriando el carácter. Así que definitivamente en una organización, solo pueden coexistir, para los cargos intermedios con futuro, los modelos 1 y 5.

Espero que este tratado ayude a entender, a los cargos intermedios de reciente nombramiento o que hayan entrado en crisis recientemente, las posibles opciones así como los pros y contras de cada una de ellas. A partir de ahí, que dios reparta suerte y que cada cual elija su camino.



3 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

A mí en su día, allá por el siglo pasado, me explicó un jefe que mi tarea como intermedio era ser colchón, o sea, amortiguar.

Anónimo dijo...

Primermundismo a tutiplén

Cristina Quesada dijo...

Yo me he criado en el "ordeno y mando", en el "siempre se ha hecho asi" y en el "no te pagan por pensar"... osea q imaginad. Y por si esto fuera poco, me meto en la boca del lobo a hacer del "colchon". Vamos, lo q viene siendo una inconsciente (por ser suave) o una kamikaze (por ser realista). ��