lunes, 8 de junio de 2015

Seguridad del Paciente. ¿Necesitamos un gestor de los tratamientos de los pacientes?


El pasado 16 de abril fui invitado a dar una charla en el II Foro Norte de Farmacia Hospitalaria que se celebró en Vitoria/Gazteiz. En la misma, y en un tono provocador (pero de buen rollo), planteé la necesidad/posibilidad de establecer, de forma indubitada, la figura del gestor de la hoja de tratamiento activa (HTA) de los pacientes, aventurando el posible caos que se podría avecinar, al tiempo que planteaba las condiciones marco que yo entendía se debían articular para evitar situaciones de conflicto y de riesgo para los pacientes.

Ayer la realidad cotidiana del día a día me ha reafirmado en el discurso teórico ante la situación que os voy a relatar.

Un paciente al que desde hace tiempo se le había prescrito en la consulta de urología un tratamiento crónico con solifenacina ( y que había sido añadido por mí a su HTA, dado que en aquel tiempo los compañeros del segundo nivel no tenían acceso a Presbide) acude a revisión a la misma consulta  de urología, donde ante la persistencia y empeoramiento de la sintomatología le prescriben Vesomni, que es una marca comercial con dos principios activos: la solifenacina y la tamsulosina.

El compañero del segundo nivel, formal donde los haya y digno de elogio, introduce el nuevo tratamiento en la HTA del paciente de forma correcta, indicando que se trata de un tratamiento crónico, su posología y la fecha de revisión del mismo. (dejemos aparte la prescripción por nombre comercial que es un tema que hace tiempo he dado por perdido y que a buen seguro llevan razón sus defensores, visto lo que uno ha visto)

Pero ... TATE; AQUÍ HAY TOMATE, no retira de la prescripción el tratamiento crónico con solifenacina que ya tomaba el paciente con anterioridad, con lo que se duplicaba la toma de ese principio activo.


Lo que me ha dejado un tanto descolocado es que a buen seguro, (y si no ha sucedido, HOUSTON TENEMOS UN PROBLEMA) el programa ha tenido que advertir de la duplicación del fármaco y para poder reflejarse la situación descrita, se ha tenido que dar por buena la doble toma.

Yo de este fármaco tengo los conocimientos justos y desconozco si se puede usar, o si es posología habitual off label,  la dosis de 11 mgr de solfenacina en un paciente, pluripatológico y polimedicado, de forma crónica, pero me temo que no.

Así que tengo al paciente delante, contándome lo que le ha mandado el urólogo (porque mis pacientes son de los antiguos, muy apoderados pero me lo cuentan todo, gracias a dios), compruebo que se ha incorporado el nuevo tratamiento a su HTA, detecto la duplicación, ante la duda me voy al evolutivo del compañero, donde compruebo que deja claro que le pauta el nuevo fármaco pero no hace ninguna mención a la doble dosis.

Así que, motu proprio, decido retirar la solfenacina antigua, dejar constancia, de lo que he hecho y porqué lo he hecho, en mi evolutivo (para que conste y para que nadie se mosquee).

¿Qué hubiera pasado si el paciente no decide darse una vuelta por la consulta de A.P. hasta dentro de unos meses?

Concluyo reafirmándome en que la forma actual de gestionar la HTA tiene mas peligro que una escopeta de feria y que a los que les preocupa la seguridad de los pacientes tienen trabajo, mucho trabajo, que realizar en este terreno. 

Si quieren, les paso mi propuesta expresada en la charla del pasado abril, por si fuera menester echar una manita o una ideíta. 


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