lunes, 22 de junio de 2015

Las voluntades anticipadas, el testamento vital o las instrucciones previas (mira que somos enrevesados y hasta para asignar un nombre, cada cual va a su bola)


Las voluntades anticipadas, el testamento vital o las instrucciones previas (mira que somos enrevesados y hasta para asignar un nombre, cada cual va a su bola) es un tema de debate reiterativo que ocupa espacios en mesas y jornadas de forma constante.

Se debate sobre su su existencia, sobre su falta de interopreabilidad entre las distintas CCAA, sobre la obligación que todos tenemos al respecto, de los sistemas de implantación etc etc

Pero yo tengo una duda ¿De veras le importa a la gente este tema?



Estos son los datos, en números absolutos, de los registros acumulados, correspondientes al año 2014. Sorprende que a estas alturas de la película no se den los datos en forma de tasas que nos posicionarían de una forma más cercana a la realidad. Así que lo he hecho yo.


Si, las cuentas están bien hechas. Ni en la Comunidad Autónoma que mejores cifras presenta llegan al 1% de la población que haya cumplimentado los documentos relativos al tema en cuestión. Y la quinta está en torno a un 0,2%.

¿Por qué son estas cifras tan bajas? ¿Falta de difusión? ¿Falta de interés de los ciudadanos? ¿Nadie quiere pensar en una situación como esa? ¿Sigue siendo la muerte, y lo que le rodea, un tabú insalvable?

Pero curiosamente este problema (el verdadero problema) ni se menciona. Nos encanta construir las casas empezando por el tejado. Dedicamos horas y reflexiones a que debemos cumplir leyes que en contadas ocasiones se reclama (por supuesto que sí), asignamos nuevas funciones relativas al caso a los de siempre, los de primaria, reflexionamos sobre el papel del apoderado, proponemos nuevos documentos como si 17 distintos fueran pocos y el tener el 18 fuera la solución etc etc. 

Todo eso está muy bien. Comparto la reflexión. ¿Pero a donde nos lleva?

Si no diseñamos estrategias que den respuestas a las preguntas anteriores, estrategias que nos lleven a que los ciudadanos sean conscientes de que tienen esta herramienta a su alcance y de su importancia en caso de que ellos no puedan emitir su voluntad, decisiones a fin de simplificar los mecanismos para realizarlo ... no avanzaremos en una verdadera implantación de las voluntades anticipadas.

Me da rabia la falta del sentido de  la oportunidad que adorna a los responsables de estos temas. El pasado 5 de junio hemos visto en todos los medios de comunicación la sentencia de Tribunal Europeo de Derechos Humanos en relación al caso Lambert. Un caso idóneo para haber planteado la noticia relacionándola con las voluntades anticipadas, explicando claramente que si el paciente lo hubiera manifestado su decisión previamente por escrito, este juicio ni tan siquiera se hubiera producido

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