jueves, 12 de mayo de 2016

Lo que deberíamos ser los médicos de familia


Como método personal para progresar continuamente, la calidad (o la excelencia) es una herramienta sencilla. Coges un modelo teórico perfecto, te comparas con él, mides la diferencia entre el modelo y tú y ya sabes por donde tienes que aplicarte para alcanzar el siguiente escalón en el largo camino de la mejora continua.

El problema es que habitualmente solemos hacer trampa en el solitario y nos vemos en la comparación mucho más guapos y apuestos de lo que el espejo real debería reflejar.

Pero si alguién está dispuesto a repasar sus virtudes y carencias frente a un buen modelo en esto de la Medicina de Familia, estos pueden ser un buenos espejos






Pero la quintaesencia de nuestra especialidad alcanza sus máximos niveles en valores cuando practicamos los 7 valores que nos explica este Caballero Jedi al que aprecio, respeto y diría que venero desde la distancia.



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