jueves, 10 de abril de 2014

Cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible




Tengo  una paciente que para mí es como Edmund Hillay. Y lo digo porque no es que esté situada en la parte alta de la famosa pirámide de la estratificación sino porque está en la mismísima cumbre. 

También en ocasiones le comparo con el Harrison ya que es todo un compendio de medicina en una sola persona.

Como os podéis imaginar ostenta el estupendo título honorífico de ser una PPP, que no es que sea del PP sino que se trata de una Paciente Pluripatológica Polimedicada.

Hace unos días tuvo que volver a ingresar por una descompensación de uno de sus múltiples problemas que (sobre)viven en un constante equilibrio inestable. 

Una paciente de estas características es una clara candidata para probar todas estas nuevas tendencias como son las EGCA o similar. A través de ella me entero de los ingresos que no han sido derivados por mí y también de las altas.

En esta última ocasión, en cuanto fui avisado del alta me lancé a leer en el Global Clinic el informe de este último ingreso. 

En esta ocasión había una novedad. Antes de proceder al alta por parte de cardiología le había visitado un internista con la finalidad de repasar todas sus patologías y adecuar el tratamiento de forma que no se produzcan duplicidades, que no existan tratamientos que entren en conflicto y sobre todo procurar desprescribir si fuera posible ante el abigarrado cóctel farmacológico que, como os podéis suponer, toma habitualmente.

Leí el informe del compañero con curiosidad y con actitud de aprender ya que en muchas ocasiones había intentando retirar algún medicamento y siempre había concluido que no sabía por dónde hincarle el diente a su HFT (Historial Fármaco Terapéutico).

Al terminar la lectura del informe me quede con una sensación ambigua. La frase final decía:

Se revisa la medicación crónica de la paciente.

Mantener medicación crónica de la paciente sin cambios en la misma 

Y además tomará...


Y le han añadido 2 fármacos más a la larga lista ya existente.

Es evidente que en ocasiones no es tan fácil esto de desprescribir en pacientes tan complejos como la protagonista de esta historia, donde se asocian patologías cardíacas severas, problemas respiratorios importantes, cuadros osteomusculares invalidantes que requieren tratamientos antiálgicos por la unidad del dolor y claro ... una depresión severa. 

Con ella se ha hecho realidad el dicho popular: "cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible".

Pero a pesar de ello, lo seguiremos intentando.


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