Llevamos unos años que parece que lo normal es quejarnos de las listas de espera, la atención recibida, recortes, falta de personal... en Osakidetza. Pero también es de recibo reconocer y agradecer cuando, como es mi caso, recibes la empatía y profesionalidad del Dr. Sergio Felipe de la Unidad del Dolor de Cruces, que a pesar de lo anteriormente dicho (y por lo que los profesionales también pueden estar quemados), sepa mitigar el dolor del enfermo con sus palabras y, sobre todo, con su actitud, a parte de su profesionalidad a la hora de aplicar los tratamientos.
Voy a decir como en los anuncios para los niños «melo-pido». Ojalá algún jefe de área de Cruces lea esto, y siga insistiendo a sus profesionales que la empatía nunca está reñida con los tratamientos. El enfermo fijo que lo agradecería.
Es de bien nacido ser agradecido, y así lo reflejo.
G. BAILÓN
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