Y todos tienen razón. Su parte de la razón.
Y digo yo, ¿tan difícil es elaborar una estupenda ley que convierta en derecho asistencial los cuidados paliativos, de calidad y universales, y que contemple, de una vez por todas, que en los pocos casos en los que, a pesar de esos cuidados paliativos de calidad, los resultados no sean suficientes ni satisfactorios para el paciente, este pueda ejercer su derecho sobre su vida y solicitar un final que sea fruto de su decisión y no de la decisión de otros? ¿tan difícil es aunar ambos discursos? ¿Por qué tienen que se excluyentes?
¿Por qué unos quieren empezar por el final y los otros no quieren llegar a ese final?
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