Nuestro Consejero se ha ido a desayunar a los Madriles y como, queramos o no, estamos en campaña pre-electoral, ha hecho un balance en positivo de su legislatura al frente de la Consejería de Salud. Vamos, lo normal.
En estas comparecencias, y sobre todo en estas pre-campañas, no hay que descuidar la I+D+I. Y el Consejero se ha lanzado, cuesta abajo y sin frenos, con una idea, a la que nadie puede negarle, al menos, su vertiente innovadora.
Ha anunciado que otro de sus proyectos es orientar el sistema de pago a los laboratorios farmacéuticos y tiene claro cómo hacerlo: “por resultados y no por pastillas”, ha asegurado en un desayuno informativo celebrado este jueves en Madrid.
El máximo responsable del sistema sanitario del País Vasco cree que es “difícil medir este resultado”, pero asegura que su departamento quiere virar hacia esa tendencia y ese es su objetivo. “Me parece lógico que si compramos un tratamiento y no funciona, el producto se devuelva, al igual que cuando uno compra un coche y no arranca a los dos días, éste se devuelve”.
Reconozcamos que el planteamiento resulta atractivo a la par que imposible de materializar. Más que nada porque en esto de la salud juega un papel muy importante el sustrato sobre el que actúan los fármacos que somos los seres humanos y que introduce variable infinitas.
Pero en todas estas ideas, por muy peregrinas que sean, subyace un poso de razonamiento aprovechable y nada desdeñable.
Permitirme darle la vuelta al razonamiento y pedirle al Consejero que en vez de plantearse pagar, o mejor, no pagar por resultados futuros cuando estos sean nulos en términos de salud, lo que puede hacer, y muchos lo aplaudiríamos, es no invertir en productos de los que ya conocemos de antemano que sus resultados, en términos de salud, son nulos.
A mí se me ocurren una lista nada desdeñable pero no seré yo quien la confeccione. Para eso están sus asesores y los organismos que editan boletines de tanto prestigio como Osteba o el INFAC por mencionar solo a un par de ellos.
Dicho de otra forma, Consejero, no compre coches que ya sabemos de antemano que no tienen motor, que no arrancan, y que solo se mueven si están cuesta abajo (y sin frenos). Y además algunos son caros de narices.
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