A través de estas líneas la familia de Paula Robledo Fernández queremos dejar patente el reconocimiento a una labor excepcional que se realiza día a día en el hospital de Santa Marina. Un hospital que comenzó su andadura en 1930 para tratar una enfermedad tan dura en aquellos tiempos como fue la tuberculosis, un hospital al que por su antigüedad y su historia le precede una fama que no se ajusta para nada a la realidad. A pesar de nuestros temores y nuestro rechazo en un primer momento al ingreso de nuestra madre allí, podemos decir alto y claro que nunca pudo estar mejor, el personal es un personal preparado y sobre todo con una vocación extraordinaria que trabaja para aliviar el sufrimiento del paciente y de la familia en este trance. Nuestra madre ingresó en la 5ª planta, en cuidados paliativos, y desde el principio se nos explicó el estado de la misma con un mimo y un respeto increíble. Se nos dijo que iban a hacer todo lo posible para aliviar su sufrimiento y así fue. Después de semanas de agonía y dolor allí lograron que pasara su primera noche sin angustia. Reconocer públicamente el trabajo de las enfermeras, que le hablaban con dulzura cada vez que venían para cambiarla, que nos miraban y nos transmitían tranquilidad en momentos tan duros; la doctora, que se preocupó día a día para que supiéramos en todo momento el estado de nuestra madre y que nos apoyó durante todo la despedida; la psicóloga que con su dulzura intentó prepararnos para la marcha de nuestra madre. No tendremos palabras suficientes para agradecer los cuidados tan extraordinarios que le disteis a nuestra madre y a nosotros mismos. Gracias por permitir que su marcha fuera arropada en todo momento por sus hijos y que ésta fuera con ausencia de sufrimiento para ella. Gracias por esas miradas, esos abrazos y esos cuidados continuos de estos días. Siempre se dice que la medicina tiene que ser una carrera por vocación y en el caso del hospital de Santa Marina podemos decir bien alto, porque lo hemos vivido en primera persona, que trabajan personas muy cualificadas, muy preparadas pero sobre todo con una calidad humana que es de agradecer siempre. Gracias de corazón a todo el personal del hospital Santa Marina que atendió y nos arropó desde el ingreso hasta su marcha.
HIJOS DE PAULA GONZÁLEZ ROBLEDO (El Correo 30/5/16)
Buenos días:
ResponderEliminarQueremos agradecer a todo el personal del hospital de Santa Marina y sobre todo a los de la planta 1ª y 5ª que estuvo mi madre Baltasara Puente por la atención que ha tenido en su estancia en el centro.
Esto va dirigido desde el personal de limpieza hasta el personal médico.
Gracias y muchas gracias.
Buenos días:
ResponderEliminarQueremos agradecer a todo el personal del hospital de Santa Marina y sobre todo a los de la planta 1ª y 5ª que estuvo mi madre Baltasara Puente por la atención que ha tenido en su estancia en el centro.
Esto va dirigido desde el personal de limpieza hasta el personal médico.
Gracias y muchas gracias.
Mi tía(era como mi madre)fue allí,a paleativos, después de tres meses de sufrimiento sin que nadie le aliviase el sufrimiento,por fin la mandaron allí,donde solo puedo agradecer a todo el personal y en especial a Begoña,que se portó a la altura y fue de mucha ayuda incluso para mi hermana y para mí.
ResponderEliminarGracias por todo