Como método personal para progresar continuamente, la calidad (o la excelencia) es una herramienta sencilla. Coges un modelo teórico perfecto, te comparas con él, mides la diferencia entre el modelo y tú y ya sabes por donde tienes que aplicarte para alcanzar el siguiente escalón en el largo camino de la mejora continua.
El problema es que habitualmente solemos hacer trampa en el solitario y nos vemos en la comparación mucho más guapos y apuestos de lo que el espejo real debería reflejar.
Pero si alguién está dispuesto a repasar sus virtudes y carencias frente a un buen modelo en esto de la Medicina de Familia, estos pueden ser un buenos espejos
Pero la quintaesencia de nuestra especialidad alcanza sus máximos niveles en valores cuando practicamos los 7 valores que nos explica este Caballero Jedi al que aprecio, respeto y diría que venero desde la distancia.
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