La gestión de las emociones desde el pasotismo mas radical

El pasado sábado acudí al I Encuentro Nacional de la Red de Escuelas de Salud para la ciudadanía. Mi principal objetivo era escuchar un coloquio en torno al "Apoyo emocional y Redes Sociales".

El supernivel de los participantes en el coloquio despertaban altas expectativas. El tema es complejo, la necesidad imperante y las soluciones escasas. 

Nada mas empezar el coloquio Joan Carles March alude a las emociones

Y nos hace partícipes de un video de los pacientes de la escuela de salud andaluza en su III Congreso y nos comenta el "chute" de emociones que se generan en estos entornos

Y a uno, como un vendaval, le viene a la memoria Kronikoen sarea

Y se asombra, y no entiende, que en una reunión, en nuestra casa, sobre gestión de las emociones, los anfitriones no respondan súbito apelando a nuestra herramienta TIC para la vehiculización de las emociones en nuestro ámbito de influencia.

Y pregunta, ante la ausencia de mención a esta herramienta que encaja a la perfección en el contenido del coloquio, ¿que pasa con Kronikoen sarea? ¿en qué situación se encuentra?

La cara de sorpresa del personal resultó, no sorprendente, pero sí ilustrativa. El desconocimiento era una realidad. Se aduce que fue una propuesta adelantada a su tiempo para justificar su situación y se deriva el discurso a que hoy en día se pueden usar otras redes como el whasapp. En fin, oír por tener oídos.

Pero la sensación que flota en el ambiente es

Pero resulta que es una verdad de esas que son medias verdades, medias mentiras. Alguien le debería explicar a una persona (insisto: una persona, paciente) que ha manifestado sus emociones en la plataforma, hace tan solo 4 semanas, que es una náufraga en el océano y que nadie tiene la más mínima intención de lanzarle un salvavidas. 

Pero lo grave no es que las cosas cierren un ciclo vital por las razones que sean, lo intolerable es cómo se gestionan estas situaciones. Dejando que los proyectos, que alguien decide que ya no importan, se agoten y se mueran por inanición. Sin dar la jeta. Sin explicar las razones.

Y digo yo que esta persona, que hace un mes expresó sus emociones en este canal y que lo ha hecho creyendo que esta herramienta tiene un respaldo oficial (porque se ha creído lo que lee y porque la plataforma sigue activa),

se merece una explicación. Porque hablamos mucho de la emociones pero parece que en ocasiones nos importan un carajo las emociones de las que tanto hablamos.

A alguien con autoridad le debería faltar tiempo para tomar decisiones y ser consecuentes y 

• Si la plataforma tiene sentido y se confía en ella, se debería potenciar e integrar en el contexto de los pacientes activos. 
• Si por el contrario la decisión es que ya no sirve, lo primero sería mandarle un mensaje a esa persona, con una disculpa, al tiempo que se le comunica que se cierra la plataforma. A ella y a todos los usuarios