De forma sigilosa y sin alharacas, en Osakidetza se está desplegando una nueva religión, que entre sus ritos está el de no enterrar a sus muertos. Al igual que en algunas zonas de Filipinas, como los miembros de la tribu Igorot, Osakidetza deja sus cadáveres expuestos para la contemplación de los miembros de la secta.
No alcanzo a comprender su finalidad pero es la realidad. En vez de realizar las exequias con su pompa y ritual, en vez de poder elaborar un duelo en condiciones, en vez de agradecer su inestimable aportación a la empresa, loando las virtudes del finado (sinónimo de que la ha espichado), se opta por dejar al muerto que se pudra ante el asombro popular.
Ejemplos:
Cruces Sarean
Ultimo estertor en diciembre de 2014
OSI DEBABARRENA
Ultimo estertor en abril de 2014
Pero siguen figurando en los directorios de Osakidetza como iniciativas de colaboración e innovación
(Pantallazos del día 3/10/15)
A ver. Si están muertos, están muertos. Se les entierra y a otra cosa mariposa. Seguro que su función la realiza ahora otra herramienta e incluso de forma más eficaz. Pero enterremos a nuestros muertos ¿Qué sentido tiene esta situación?
Llevamos unos cuantos muertos vivientes (demasiados diría yo). Los zombies se multiplican y si la cosa empieza a extenderse podemos acabar como en The Walking Dead llenos de Osakizombis
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