jueves, 24 de septiembre de 2015

La marca te marca (y deja marca)


Estoy en proceso de catarsis ética profunda. Reconozco que entre mis muchos defectos (confesables) esta(ba) el de prescribir genéricos de forma habitual. Pero uno es consciente que hay que aprender de los errores y que, como San Pablo, si te caes del caballo, te pegas un ostión que te hace reflexionar y cambiar de parecer.

Y en esas estoy tras recibir esta información tan (pre)clara como la que os adjunto ¿Cómo voy a continuar con esos errores de juventud? ¿Cómo voy a tener la pachorra de volver a recetar un genérico?

Fijaros. Si a un(a) paciente le prescribís un medicamento de marca, todo son ventajas como bien se encarga el mensaje (divino) de resaltarlo. Pero lo que más me ha influido en el cambio de criterio es la expresión de la paciente


Alegre, satisfecha, sin dudas, confiando en ese "pedazo de profesional" que eres y que domina el vademecum con todos sus palabros ad hoc.

Pero mas grave aún. ¿Con qué criterio ético uno es capaz de provocar en un(a) paciente una situación de confusión, de pena, de marginación, de riesgo evidente de suicidio, por haberle prescrito un genérico? 


¿Pero no os habéis fijado en su expresión? ¿Es que no tenéis corazón? ¿Donde se ha quedado vuestra sensibilidad?

Repetid conmigo como un mantra:

Genéricos NO, Marcas SI

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