jueves, 25 de junio de 2015

Para que la ética no sea patética


Este fin de semana pasado hemos asistido a un hecho sorprendente. Se han renovado 7 de las 12 plazas de la Comisión Central de Deontología de la OMC y se han presentado nada más y nada menos que 69 candidatos.

¿Asistimos a un especie de fiebre deontológica en la profesión?

Ojala, pero me temo que no sean esos los motivos.

¿Y quienes son estos compañeros que deciden asumir esta labor ingrata en muchas ocasiones y de escaso reconocimiento? ¿Cuales son sus virtudes para el puesto? ¿Cuales son su bases sólidas en las que se asientan sus decisiones?

Sus curriculum están repletos de múltiples títulos de Masters en ética y cursos de bioética a cascoporro. La mayoría lucen una experiencia previa en Comisiones de Deontología más locales o en Comités de ética asistencial de sus centros de trabajo. La documentación adjunta es impecable.

Pero yo siempre hecho en falta un aval de que además de todo eso se nos garantice que sean buenas personas y sensatos, muy sensatos. Que no se mezclen al tiempo el Masters con actitudes poco nobles con los compañeros, el título universitario con la prepotencia y la soberbia. En ética lo importante es ser (ético) y no solo conocer el código al dedillo. Los títulos en esta materia no infieren infalibilidad. Y a su SI pude haber un NO y aceptarlo con humildad debería ir en los valores que adornen al cargo. Hay que ser capaz de dejar la mochila personal en casa para que el "cristal con el que se mira" no enturbie la visión amplia de los problemas. 

Vamos, que como dice un colega, que a nivel personal hagan que la ética no resulte patética y con eso y un poco de voluntad seguro que se acierta en la elección.

Y por todo lo dicho, yo jamás me podría presentar a un cargo de este tipo. Soy demasiado humano, demasiado primario, mi sudor huele a soberbia y a venganza, mis defectos superan a mis virtudes y lo peor, no tengo espíritu de enmienda. Nunca podría ser justo porque hace mucho tiempo que aprendí a no olvidar


"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad"

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